Te has olvidado las llaves puestas, puede entrar quien le dé la gana a tu corazón solo con un pequeño giro de muñeca. Hoy es el día en el que llueven estrellas, de perdernos mientras florecen caricias en otro planeta, mientras aquí solo florece el infinito. Al despertar no habrá nada, tú en la cama, dejando entrar la niebla de invierno por la ventana, yo huyendo por las calles estrechas, y el ruido infernal de los coches en los atascos a primera hora de la mañana.

Eras una nube pasajera que se deshacía entre los dedos al tocarla, la pompa de jabón que sobrevuela el calor de la ducha, el silencio enigmático del frío en soledad. El desierto de felicidad en un momento desesperado.

Y siendo todo, y sin saber ser nada, es todo lo que fuimos, siendo poco a poco, cuando puedes notar cómo te vas alejando de todo lo que eras, desde el fondo del mar hasta el último beso oculto en la tiniebla de los portales. Todo con el movimiento enérgico, preciso y constante de las últimas caricias en la oscuridad.

                                                                                                                                @Redry13