Donde ya no entra nadie más
Sé que alguien te destruyó en el pasado, se te nota en
los ojos al mirar, en la inseguridad de tus manos al
coger otra, en saber caminar sola, sin nadie más. Sé
que caíste en el pozo más oscuro, en la cueva con
menos luz, en el invierno más frío, donde duele cada
cicatriz.
Ya no te molestan las críticas, ni las palabras, ni los
meses de enero a abril, ya no se puede dejar marca en
esa piel preparada para la batalla, esa que no cubren
escudos ni corazas, sólo una indiferencia marcada
a todo lo que se acerca un poco a ti.
Eres tú sola, eres la que te ha tocado vivir, la que
castiga al que intenta decorar el camino a tus pasos,
la que huye de miradas de perfil. Eres la chica que
mejor disimula sus ganas, la que intenta no volver a
perder, la que inventa desastres en su cabeza para no
caer.
Pero has dejado una marca en cada beso de quita y
pon, un desastre en bocas ajenas, un fallo en las distancias
cortas, miedo a volver a tropezar. Eres ese vacío
a la altura del pecho, en ese corazón donde ya no
entra nadie más.

David Galán – Redry

De mi libro «Abrázame los monstruos».