Hay días que se sienten perdidos desde mucho antes de empezar, y a veces eso no es justo. Los martes no duelen tanto, queda siempre atrás la desolación del domingo y el terror a comenzar del lunes. El martes huele a nuevo, a veces huele a ti, aunque ya no estabas.

Hay días a los que se les juzga por la mirada, y hay martes que son para guiñarles un ojo, para sonreír cuando te lavas los dientes enfrente del espejo, para mirar sin miedo como tú me mirabas.

Hay martes que son 13, martes en los que abandonar no es una opción, martes que vienen con un regalo que no esperabas y una bolsa de gominolas que endulza como cuando tú me acariciabas.

Hay 13 días que nos separan, 13 inviernos que estaría contigo, hay 13 escalones que escalaría para poder llegar a tu casa. Hay 13 castigos por conocerte, 13 miedos de los que salvarte y un martes 13 cualquiera para volver a empezar a conocerte.

A mí me gusta el martes, me gusta el 13 y me gustas tú, pero eso es ya todos los días.

«Porque ni el martes 13 es tan feo ni el 14 de febrero es tan bonito».

@Redry13