El día que murió el arte tú viniste de visita. Habían saltado los plomos y la oscuridad rompía el silencio de la habitación con cada parpadeo de tus dedos contra los míos, no sé, era el tiempo diluyéndose entre los dos convertido en magia.

Nos hemos encontrado en el momento perfecto, en la hora más inesperada, en el pretérito imperfecto en el que tú olvidabas. Yo buscaba, y perdía una y otra vez los papeles en los que te escribía cada madrugada de invierno sabiendo que no habría contestación.

Eres simple y complicada, yo maniático y desordenado, el muro acorazado que nunca llora, la que mima cuando tiene que mimar, la loca extrovertida de la que merece la pena volverse un poco loco por ella. Por la que yo arriesgaría.

Eres la que hace los pequeños detalles muy grandes, la que intenta no fallar, la que llevaba tanto tiempo buscándome sin saberlo. La que sabe que nunca es demasiado tarde si nuestra historia va a ser buena.

@Redry13

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