Una vez me prometí no volver a saber de ti, no volverte a buscar en cajones vacíos, pero eres la misma que anoche no aparecía en los bares. Prometí no buscarte en las canciones, pero volvías a mis oídos bailando con aquella falda roja que sonaba a cerveza barata y sabía a horas perdidas de sueño.

Prometí que no volvería a leerte en los sobres de azúcar, olías a café recién hecho, guardabas aviones en los bolsillos de quien no sabía viajar mirándote a los ojos. Caras tristes, aceras llenas de hojas de nuestro diario, azoteas desde las que sobrevolar, lágrimas bajo el asfalto. Prometí dejar de viajar a la deriva en tus zapatos.

Prometí no buscarte en otras camas sin dueño, en otras sonrisas sin misterio, en laberintos sin salida y en la última fila del cine. Eras un disparo de emociones justo en el pecho, una pesadilla en miniatura, una burbuja a punto de estallar, el botón de enviar a ese mensaje que no quieres que llegue nunca.

Prometí que no fueses revolución cuando ya eras guerra en mis pestañas ahogadas por tus lágrimas, prometí que no fueses huella ni chantaje emocional con tus dedos paseando en una cama para dos,  no ser fantasma errante de un instante que pasó.

Una vez prometí no prometerte nunca para no fallarme a mí mismo.

@Redry13