He perdido los capítulos que escribí sobre la almohada de tu cama, he perdido la ilusión por hablar a escondidas con los monstruos que se esconden en tu armario, he perdido la batalla con tus pies fríos por las mañanas. Te he perdido, me he perdido a mí. Echarte de menos le sienta muy bien a mis insomnios.

Esta mañana te esperaba a ti, y sólo ha llegado tu recuerdo. No había palabras, no había silencio en mis ojos. Qué fácil es decir «Te quiero» y qué difícil es sentirlo de verdad, que no necesito que sea perfecto, necesito que sea contigo.

He perdido el corazón, que sin querer usaba para los dos. He perdido todos los tiempos verbales de nuestro futuro; primera persona del verbo querer, «Tú».

 

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