Suena otra vez 1999, suenan las suelas de zapatos de los vecinos, suena esa foto de un día en el parque, un parpadeo envasado al vacío, suenan dudas a pocas horas de que suene el despertador, se desploma la madrugada y sigue pareciendo que es la primera vez que estás con los pies cerca de la cornisa del piso 23.

Todo sabe igual que el mismo día de hace no sé cuantos años, la cabeza te repite un nombre de hace no sé si tres días y el otoño que llegó hasta abril empieza a recordarte que todo pasa, que tampoco pasa nada, aunque muchas veces, a ratos, tú sigas sintiendo que pasa todo.

El teléfono móvil dice que ya no llegan más mensajes, y aunque llegasen, tú estás fuera de cobertura. Las luces están apagadas y el tiempo es el único que actúa. Las heridas cicatrizan, pero no hay calmantes que curen el dolor por la falta de un abrazo.

Ya no hay nadie que medie por dos constantes separadas y un guión que no quisieron seguir.

Putas ganas de seguir el show en este universo que sin ti se me hace infinito.

¡Oh, muérete!

@Redry13