No te vayas lejos. Ahora que te tengo más cerca que
nunca, ahora que mis constantes vibran, por favor,
no te vayas.
No te vayas, porque lo quiero todo, no te conviertas
en un recuerdo fugaz, no te quedes en un invierno
sin final, en un pedazo de mis futuros recuerdos.
No, no te vayas, quiero más magia, de esa que aparece
sin necesidad de ningún truco, de esa que se juega
entre los dedos de tus manos.
No, de verdad, no te vayas, quédate a dormir una
noche más, aunque a veces me equivoque, aunque a
veces falle, aunque el mundo se tuerza.
No, prométeme que no te vas a ir, que no te vas a
convertir en una más, porque eres real, porque has
salido de una película de fantasía.
No, no te vayas, déjame echarte de menos, pero entre
abrazo y abrazo, entre sonrisa y sonrisa, entre canción
y canción. Sólo un instante de realidad ante el
miedo del vacío.
Y no, no te vayas, porque tú iluminas, y me da miedo
mi oscuridad.

Redry – David Galán

De mi libro «Abrázame los monstruos».

Foto @camillegphoto