Era un amor improvisado entre canciones de Lennon y frases escritas en una carpeta, nos teníamos para lo que hacía falta de más, porque echar de menos siempre duele a destiempo.

Nunca es tarde para ilusionarse, espanta algunas lágrimas, huele a nuevo, como si no lo hubieses hecho nunca, con miedo a dar un paso más, un cheque en blanco lanzado a la fuente de los deseos.

Éramos un reflejo en el espejo que te devolvía la sonrisa, un ángulo recto en un abrazo de trescientos sesenta grados.

Con el miedo de cualquier final, pero yo no quiero un final feliz, hoy quiero serlo, y tú me lo haces.

@Redry13